Hace poco leí un artículo con mucho contenido social, publicado por Michael Sheridam, Gerente binacional del proyecto Borderlands. En el blog “CRS coffeelands Blog”, con un título muy sugestivo y donde se trataba una realidad cruda y desconcertante. “¿Es el mercado estúpido?” se preguntaba Michael, una frase muy utilizada en la política Estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992. Y entre otras, hacía las siguientes reflexiones. Claro está con referencia a la situación de nuestros caficultores: 1. Los agricultores se comportan en su origen, según las señales que reciben del mercado. 2. ¿Cuál es el panorama de los caficultores, si algunos gurús del mercado manifiestan, que los pequeños agricultores que no están produciendo cafés de 85 puntos deben considerar otro tipo de trabajo? 3. ¿Por qué aunque el mercado les diga a los caficultores que quiere Caturra, no les paga lo suficiente como para compensar el riesgo económic
Leo para alumbrar mi camino, escribo para encontrarme.