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Mostrando entradas de marzo, 2024

Historia de un hombre.

     Un hombre emergió al mundo en un cálido verano pero el invierno lo tomó por sorpresa a los nueve años y el frío se anidó en su ser como un velo perpetuo. Ese niño son mil niños cada día.      De la infancia el hombre moldeó la brea como su primer arte, con sus manos trazó cartas de amor en primavera y secó las lágrimas que pulieron el brillo de su corazón. El hombre son mil poetas ofreciendo sus manos con cada gesto.      La soledad y el estudio revelaron en su alma la historia de la humanidad y aterrado de tanto sufrimiento salió a la calle una tarde, enarbolando como propias las iniquidades del mundo. La juventud es un corazón que grita justicia, en primavera.      Como un rayo que desgarra en la tormenta, irrumpió el amor en su ser y el camino se llenó de huellas que al corazón extasiaron, ofrendando sus sueños sin más reservas que su propia entrega. La felicidad del hombre, rey o campesino, anida en la paz de su hogar.      Más una tarde inefable, la imperfección del amor sob

La Pascua, un viaje interior.

                  Esta semana el mundo católico se congregó en torno al misterio de la Pascua, la resurrección del hijo de Dios. Desde las parroquias más humildes de nuestra Colombia hasta las catedrales más imponentes del mundo, la Pascua se erige como un recordatorio de que aún en medio del caos, existe la posibilidad del renacer y la redención. Y en esa fe, se celebra el domingo la misa más importante según el Nuevo Testamento.      Colombia es uno de los lugares más católicos del mundo. Con un 57 % de feligreses, el catolicísimo sigue influyendo en el diario vivir de muchos pueblos y ciudades del país, también en asuntos de estado como los diálogos de paz, en donde su participación ha sido desde siempre activa. Sin embrago, hay que reconocer también los escándalos de pederastia al rededor del mundo, realidad que ha golpeado fuerte su credibilidad; hasta que llegue su juicio divino, los responsables deben juzgarse con nuestras leyes, aquí hay un gran reto de iglesia y esta

Lobo.

Ajeno y diverso recorro en soledad el horizonte, errante, lejos de la manada, buscando un rincón donde morar. De furia y fuego hecho el corazón, mi razón se posa sobre roca en quietud, lamiendo en soledad mis heridas, aullando mi esencia hacia la eternidad. No sigo las huellas de las masas, en la hora desolada encuentro mi paz, cuando una fogata brilla a lo lejos aguzo mis sentidos, buscando un solaz. Valiente y humilde me enfrento al vasto mundo, ermitaño, rebelde, despojado, no sigo sus leyes que no comprendo, sus placeres no me han cautivado. A tientas, entre sombras, me deslizo, la naturaleza cruda es mi cobijo, tan seguro es mi refugio callado que al llegar la noche, salvaje y sereno, me acuesto a su lado. Entre la oscuridad y el silencio, hallé mi compañía más fiel: la soledad, maestra que enseña el valor de ser uno mismo, en ella florece mi ser.