La escuela de Cimarrones se pierde al este, entre las inmensas montañas que cubren el municipio de Samaniego, un territorio marcado por la violencia, al sur de Colombia. Allí, entre cultivos ilícitos y plantaciones de café, un grupo de ahorro de quince niños que se hacen llamar “Los conquistadores de sueños”, han decidido ser emprendedores; tarea nada fácil cuando se cuenta con poco o nada en el bolsillo. Son hijos de campesinos cafeteros, no pasan de los doce años y ahorran $500 semanales. Con sus primeros ahorros decidieron que querían tener su propio cultivo de café, para ayudar con los ingresos de la casa. La profesora María es su promotora y cómplice. Dedica la última hora de cada viernes a la sesión de ahorro. La escuela tiene un pequeño lote que no es utilizado. Los niños decidieron sembrar café allí, comprar semillas con los recursos ahorrados y crear su propio vivero, con el fin de volverse cafeteros como sus padres. Esta idea nos pareció magnifica y decidimos apoyarlo
Leo para alumbrar mi camino, escribo para encontrarme.