Viajero entre generaciones que me habita
Surgiste de
manera imperceptible,
un punto que al
comienzo no decía nada,
imperturbable en tu sitio crecías
sereno, constante, altivo.
Nunca te presté
importancia
el reflejo del
espejo siempre ha sido para mí un extraño,
un ente que
asoma a reiterar mi existencia material,
espíritu y
materia condenados a soportarse.
Ahora que tienes
nombre
y que cada día enrostras mi ocaso:
te honro
y te acojo como
el amigo que no tengo,
te hablo
y te cuento historias
insondables de mi vida:
victorias
solitarias, derrotas formidables.
Te acepto
y ojeo en tu
surco el camino recorrido.
A solas converso
contigo en mi insomnio
riguroso lobo
estepario que me enfrenta,
naturaleza fiera
que me afana y me quema,
sangre de mi sangre
que vienes a expiarme
viajero entre
generaciones que me habita.
Bienvenido seas... anida, descansa, duerme...
muere.
Comentarios
Publicar un comentario