A ciegas.
Andamos a
ciegas por caminos de otros
persiguiendo
sueños como regalos de navidad,
consumiendo
horas en pantallas prestadas
llenando
informes, tablas de excel,
enviando correos para ser eficientes,
obedientes, corrientes.
Yo camino a paso lento,
hace rato descubrí
el timo,
ya las cifras no me desvelan
el rugido
del jefe en el salón me es indiferente,
a causas
profundas empeño mi suerte.
Las causas de moda en las redes me
enfurecen,
los hashtag
son esposas que aprietan inclementes
la voluntad
del hombre, que sometido a la máquina
se asfixia miserable, lento, muy lento,
en su propio invento.
Sometidos en la creencia fútil del “éxito
es tenerlo todo”
candorosos
jóvenes empeñan su paz por una “Fortuner”
¡la vida es
corta, relájate!... ¡todo está bien!
desde sus
bocinas proclaman
los fines
de semana.
Yo los oigo desde mi insomnio y mi ansiedad
¡Si, todo
está bien! respondo desde mi vigilia
y me animo
a creerlo,
todo está
bien... ¡hay que relajarse, carajo!
Al parce lo entierran a las dos,
se lamenta un borracho en la calle.
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