Ir al contenido principal

Reinos.


La reina tiene los ojos tristes,
suspiros cautivos surcan su espejo,
siente que la vida apaga su brillo
que hurta la furia que arde en su pecho.
 
Sus ojos miel bañados en tristeza
no perciben su propia hermosura.
 
Sueña con castillos  legendarios,
jardines colgantes, como en Babilonia,
tulipanes brotando en primavera
y alfombras doradas adornando el invierno.
 
Sus pensamientos se desvían del palacio.
¿Hacia qué lejanía se dirigen?
¿Qué rincón olvidado del reino los reclama?
¿Qué tarde los desvió del camino real?
 
La reina anhela surcar el cielo azul,
zambullirse en picada en el mar,
sentir la arena cálida bajo sus pies
y contemplar el ocaso desde un bote a la deriva.
 
Ella vence dragones con su sonrisa,
desmantela fortalezas con su mirada 
y derrite icebergs con su cuerpo desnudo.

Es fuego sempiterno que arde, 
un tornado que arrasa y se desvanece,
una ola en furia que escapa al abrazo del mar.

El rey lo sabe.
 
Él, es calma serena,
una idea errante que deambula,
un mirador en lo alto del cerro.

Juntos caminan su reino,
solitarios en esta hora de muerte,
dos enfoques distantes 
que en el amor se funden.

 
La noche desciende lenta para los dos,
se hallarán de nuevo en sus horas profundas,
ella, incontenible por conquistar el mundo
él, inquieto por conquistar su ser.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El desafío del silencio en Samaniego

                       En Samaniego, como en cualquier ciudad de Colombia existe una “cultura del ruido” que habría que cambiar por la salud mental y física de todos, incluidos los animales.      Hago esta reflexión a las 3:20 de la mañana, luego de que la discoteca de enfrente cerrara sus puertas y el estruendo de  motos y carros que parquean a la salida me ha levantado y seguramente a la mitad de la cuadra.      Aquí es natural que a esta hora comience el desfile típico de los fiesteros de sábado y domingo que salen a compartir su ebriedad. Una camioneta se ha parqueado en la esquina del barrio y su dueño a decidido exhibir toda la potencia de sus parlantes. Un corrido de moda retumba en las paredes del vecindario.        Puede ser "cultural" escuchar el llamado a las novenas desde las 4 a.m. en navidad, los perifoneos de los locales comerciales de fin de año o la programación de los carnavales que difunde la alcaldía; pero siento que incluso en esas fechas, el exces

Sevilla, entre calles de sueños y esperanzas

         ¡Sevilla, hermosa joya del sur de España! Conocerte fue más que un viaje, un regalo de la vida. Caminar maravillado tus encantadoras calles empedradas, laberínticas,   impregnadas de historia y misterio fue como un sueño hecho realidad. Recorrer tus callejones es adentrarse en el paraíso, cruzar un umbral mágico donde el tiempo parece haberse detenido para revelar los secretos que guardan celosamente tus adoquines. ¿Cuantas historias, romances e intrigas habrán florecido en tus hermosas calles? Noviembre será el recuerdo imborrable de un paseo en Sevilla y un callejón adoquinado del Barrio de Santa Cruz donde maduran los naranjos y los sueños.          Tu magia  no se limita a tus monumentos, plazuelas y veredas, sino a tu gente, hospitalaria y amable. Cada sonrisa, cada "Hola" pronunciado con ese acento encantador, me hizo sentir como si hubiese encontrado un hogar lejos de casa.           Desde las verdes montañas de mi terruño te echo de menos. En esta navidad